FONOLOGIA DEL LATIN


Vocales

LetraPronun. clásicaPronun. vulgar
I larga/i://i/
I breve/i//ɪ/
E larga/e://e/
E breve/e//ε/
A larga/a://a/
A breve/a//a/
O breve/o//ɔ/
O larga/o://o/
U breve/u//ʊ/
U larga/u://u/
Y larga/y://i/
Y breve/y//ɪ/
OE/oi//e/
AE/ai//ε/
AU/au//o/
Véase AFI para buscar una descripción de los símbolos empleados.
Un cambio profundo que afectó a todas las lenguas romances modificó el orden de las vocales del latín clásico. El latín tenía diez vocales: versiones breves y largas de A, E, I, O, U, y tres (o cuatro) diptongosAE, OE, AU y, según algunos, UI. Con excepción del sardo, donde se mantuvieron inalterados los cinco timbres originales, lo que ocurrió al latín vulgar se puede resumir con el cuadro de la derecha. De esta forma, el sistema de diez vocales del latín clásico, sin contar diptongos y la Y, que tenía en cuenta la longitud vocálica, fue remodelado para convertirse en un sistema en que desaparecía la diferencia por longitud vocálica, y la alteración vocálica pasaba a ser exclusivamente fonémica. Debido a este cambio, el acento tónico se hizo bastante más marcado en latín vulgar que en latín clásico. Esta tendencia dificultó la posibilidad de diferenciar las sílabas no acentuadas, y además produjo nuevas alteraciones en las sílabas acentuadas.
Los diptongos OE /oi/ y AE /ai/ cayeron para formar /*e/ y /*ε/, respectivamente. AU, que se mantuvo en un inicio, terminó cediendo, mutando de /au/ a /*o/ (/ou/ en galaicoportugués), una vez que la O original había sufrido otras modificaciones.
Las vocales breves Ŏ y Ĕ evolucionaron a las vocales abiertas /*ɔ/ y /*ε/. En muchas lenguas estos fonemas en posición tónica tendieron a romperse en diptongos. La palabra clásica FŎCUS 'fogón, hogar, chimenea' (acusativo FŎCU(M)), se convirtió en la palabra proto-romance para decir 'fuego' (reemplazando ignis 'fuego'), pero su vocal breve Ŏ se convirtió en un diptongo en varias lenguas:
En portuguésrumano, y en catalán, sin embargo, no se convirtió en diptongo: port. fogo (pronunciado /'fogu/), rum. y cat. foc (pronunciado /'fɔk/).
Las lenguas difirieron en este proceso. La Ĕ de la expresión latina FĔRRUM, se mantuvo en francés fer, en catalán ferro y en portugués ferro /'fεRu/, pero se diptongó en español hierro (aunque en algunas partes de Hispanoamérica aún se conserva el arcaísmo fierro) y en rumano fier.
El portugués estabilizó sus vocales manteniendo en cierto modo la distinción latina entre vocales largas y breves en su sistema de vocales abiertas y cerradas. Las vocales latinas largas ae y o tendieron a convertirse en vocales cerradas en portugués (escritas âê, y ô cuando son tónicas), mientras que las vocales breves se convirtieron en vocales abiertas en portugués (áéó cuando son tónicas). La pronunciación de estas vocales es la misma que se muestra en el cuadro de vocales de latín vulgar a la derecha. Ocurrió alguna inestabilidad vocálica, particularmente con la o átona, que muta a /u/, y la e átona, que muta a /i/ o /ə/.
En catalán el proceso fue similar. La o breve latina se convirtió en una vocal abierta, mientras que la e breve se bifurcó en e cerrada en los dialectos occidentales y una vocal neutra en los orientales. Esta vocal neutra fue evolucionando poco a poco hacia una e abierta, si bien en gran parte de las Baleares se mantiene incluso hoy en día. Los dialectos orientales, así mismo, presentan alguna inestabilidad vocálica similar a la del portugués: e y a átonas se convierten en una vocal neutra (en algún momento de la evolución de la lengua, este cambio no afectaba la e en posición pretónica, una pronunciación que hoy en día se mantiene en parte de las Baleares), mientras que, excepto en gran parte de la isla de Mallorca, la o átona muta a [u].

[editar]Consonantes

La palatalización latina de los sonidos /k/, /t/, y a menudo /g/, ocurrió en casi todas las variantes de latín vulgar. Los únicos dialectos romances que no sufrieron palatalización fueron el sardo, en algunas de sus variantes, y el dálmata. Así la palabra latina caelum, pronunciada /kaelum/ comenzando con /k/, se convirtió en francés ciel, /sjεl/, en portugués céu, /'sεu/, comenzando por /s/. Las semivocales anteriores, escritas en latín U, como en vinum, pronunciada /w/, e I, como en iocunda, pronunciada /j/, pasaron a pronunciarse /v/ y /ğ/, respectivamente. Entre las vocales, /b/, /w/ o /v/, a menudo surgen como un sonido intermedio /β/. A partir de la comparación de las lenguas románicas occidentales puede postularse el siguiente inventario para el latín vulgar del área occidental, según el AFI: